¿A qué dedicas la mayor parte del día?
En una vida inmersa en continua tormenta, donde cuando llueve y sopla el viento con energía, hay que sortear dolores a la vez que se planean días medianamente rutinarios de amo de casa. Esta vida precisa de atención, cuando escampa y sale el sol el cuerpo se rejuvenece a la vez que se estira desperezado para quitarse la merma de humedad, dolor y frialdad. Es la oportunidad de salir a la calle. Primero realizar los recados pendientes, recompensando mi tarea con unos cafés con amigos y el anhelado tiempo en familia, que si no se demora la mañana en exceso, y como guiño de felicidad, se me permite el devenir del todo por no tener más obligaciones. Compartiremos las letras de un buen libro con la frescura de un helado, antes de que como pobladores de una buena tierra del norte, llueva o sople el sur, vaticinio de algunos quebraderos de cabeza para los que ya tenemos un toque, finalizando en una nueva tormenta de nubes negras, gotas gordas y templadas, hasta que rompe el aire, cambie y enfríe hasta la generosidad de las conciencias más calenturientas . Una vez más, en esta tierra afortunada de recursos fértiles y naturales, llegaron con la intención de arrasar…pero nos encontraron como la calmachicha después de la tormenta, siempre ahí. Según elijan los forasteros y parasitos de tierras o mentes, listos para lo que dispongan las causalidades.
Encuentro en el X imaginariVm 